EL DESPERTAR SAI
EL DESPERTAR SAI: SITA-RAMA Y HANUMAN SITA-RAMA Y HANUMAN - EL DESPERTAR SAI

PLATICAS DE SATHYA SAI BABA

DIOS ES AMOR

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lunes, 7 de abril de 2014

SITA-RAMA Y HANUMAN


Esta historia deriva del poema épico hindú "El Ramayana", que tiene más de 4,000 años de antigüedad. Este poema constituye en su gran parte, las bases de religión y cultura Hindú, así como también las principales pautas para la adoración de dioses y semidioses.



HANUMAN: Un semidiós ideado para ser el mejor amigo y héroe, poseedor de mucho amor, fuerza, inteligencia y magia.
INDRA: Controlador de la atmósfera y también del
clima.

RAMA: Encarnación de Visnu, Rama es el personaje
principal del Ramayana, el representa la santidad y pureza.

RAVANA: Demonio de diez cabezas, astuto y malvado.
Rey de Lanka (actualmente Sri Lanka).

SITA: Adorada como diosa, Sita es considerada
el modelo ideal para muchas mujeres: bella, inteligente y devota de su esposo.

SUGRIVA: Rey de los monos, leal y servicial.
Hanuman lideró su ejército y era su consejero personal.

VAYU: El semidios del viento, Vayu controla el
Hemisferio Norte y viaja en una carroza dorada guiada por 1,000 caballos.






Hanuman Ki jay!!!
Hubo una vez, hace mucho tiempo atrás,  un niño mono que vivía en la India, su nombre era Hanuman.  Su padre era Vayu, el semidios del viento, y su madre era una hermosa  princesa mona.  Aunque Hanuman era muy pequeño, era muy travieso y tenía poderes mágicos.

Esta es la historia de alguna de sus entretenidas aventuras, que comienzan en el hermoso valle de flores, donde Hanuman un día, sentado junto a su madre tomaba los tibios rayos del sol.

Hanuman tomaba los tibios rayos del sol.
Hanuman miró al cielo y vio el sol.
¡Me encanta el Sol!  -dijo el pequeño niño- ¡Es tan hermoso, tan cálido, tan dorado y brillante!  ¡Me encantaría tomarlo y jugar con él, como si fuera solamente mío!
Entonces, Hanuman estiró sus brazos  hacia el sol, lo tomó entre sus manos y empezó a lanzarlo hacia arriba y hacia abajo como si fuera una pelota.  Al Sol, todo esto no le pareció nada agradable  y empezó a enfurecerse.

Hanuman saltó hacia el Sol para jugar con el
El sol llamaba a Indra, el semidios de los truenos y relámpagos, quien en ese momento, andaba paseando por el cielo en su elefante mágico.
¡Auxilio Indra! ¡Mira lo que este travieso niño está haciendo conmigo! ¡Auxilio!
Indra vio lo que Hanuman estaba haciendo, y se sintió muy disgustado.   De pronto, el cielo se oscureció y las nubes de tormenta empezaron a juntarse.
¡Pon al sol en Su lugar inmeditamente! -grito Indra con voz fuerte- No! -dijo Hanuman- quien no parecía asustarse con la furia de los semidioses.
Entonces, Indra encolerizado, le lanzó a Hanuman un rayo que lo golpeó y lo dejó inconciente.
Zaap!

El Rey Indra golpeó a Hanuman con su poderoso Rayo

Hanuman cayó al suelo, y ahí  quedó tendido.  Su padre Vayu, que andaba volando por la tierra, tuvo el presentimiento de que Hanuman estaba en peligro, entonces, rápidamente, Vayu,  volvió al valle de flores y encontró a su pequeño hijo tendido en el suelo con los ojos cerrados.


Vayu encontro a su hijo en el valle de las flores
¿Quién le hizo esto a mi hijo?, -gritó desesperado hacia el cielo- esperando encontrar alguna respuesta. El semidios del viento estaba furioso y lanzó fuertes vientos y tormentas alrededor del mundo, hasta que de pronto, un día  el aire se detuvo. ¡Yo haré que el aire se detenga, y deje de correr en todas partes, hasta que mi pequeño Hanuman respire  otra vez!, -dijo Vayu-.

Indra mirando a los seres morir
Eso era realmente grave  para todo el mundo.  Las, plantas, los animales y la gente, rápidamente empezaron a sentirse muy débiles, se desmayaban y morían, porque no tenían aire para respirar.  Cuando Indra, el semidios de los truenos y relámpagos vio todo lo que le estaba sucediendo al mundo, se sintió muy triste.
La ira es algo terrible -dijo-  Nada de esto hubiera pasado si yo no me hubiera molestado.  Debo pedirle a Vayu que me perdone.

Mientras tanto, Vayu, había llevado al pequeño Hanuman al interior de la tierra, arrullándolo  entre sus brazos.  Indra llamó a otros semidioses para así, juntos, rogarle a Vayu  devuelva el aire al mundo.

No, no hasta que Hanuman respire otra vez!  -respondió Vayu-. Entonces los semidioses prometieron devolverle la vida a Hanuman.   Dijeron también, que cuando él creciera, tendría más poderes mágicos, que podría ser tan grande o tan pequeño como quisiera, que su cola sería mágica y podría volar por los cielos, que lideraría un ejército de monos y viviría todo el tiempo que él deseara. Los rayos y los truenos nunca más podrán hacerle daño, -dijo Indra- El fuego nunca  podrá tocarlo, -dijo el Sol-.

Vayu, el padre de Hanuman, ahora estaba muy feliz y mantuvo su palabra.  El aire empezó a correr otra vez, y las plantas, los animales y la gente volvieron a la vida.
¿Qué nos sucedió? -se preguntaban- ¡Ellos no podían recordar nada! Todo se llevó a cabo como los semidioses prometieron.  Hanuman creció para ser el mono más fantástico del mundo, vivió en un enorme, verde y hermoso bosque.
Sugriva, el rey de los monos, escuchó acerca de Hanuman y sus poderes mágicos, entonces fue al bosque a buscarlo y hablar con él.

¿Podrías tú ser mi mejor amigo y liderar mi ejército? -preguntó Sugriva. Claro que sí -dijo Hanuman-.  Y  desde ese día en adelante, los dos estuvieron siempre juntos.

EL RAPTO DE LA PRINCESA SITA

Al otro extremo del bosque, vivía un apuesto príncipe, llamado Rama, y su bella e inteligente esposa, la princesa Sita.  Las noticias acerca de su belleza se difundían a todo lo largo y ancho del territorio. Al sur de la India, en una isla llamada Lanka, vivía un malvado y envidioso demonio, que tenía diez cabezas y veinte brazos, su nombre era Ravana.

Yo haré que Sita se case conmigo -alardeaba Ravana- ¡así tenga que robármela! Ravana envió a sus malvados demonios disfrazados como venados dorados, para distraer al príncipe Rama y así hacer que éste partiera hacia el bosque de cazería tras los venados alejándose de casa.


Rama Matando a los demonios enviados por Rama
Tan pronto como Rama se fue, Ravana fue en busca de Sita y con un aterrador ¡R-O-A-R-R-R! atrapó a Sita con sus veinte brazos.  Su malvado plan era volver a Lanka y mantener a Sita prisionera hasta que ella accediera a casarse con él. Pero Sita, al momento de ser capturada,  se las arregló para quitarse las joyas que tenía puestas tan rápido como pudo y las lanzó hacia el suelo, mientras volaba por los aires atrapada en los brazos de Ravana.
Espero, realmente espero, que alguien encuentre estas joyas y se las de a mi esposo Rama -Penso Sita-. Afortunadamente, las joyas cayeron justo donde estaban Hanuman y Sugriva.
¡Los dioses deben estar enviándonos regalos!
-dijo Hanuman- ¿De quién serán estas joyas? -se preguntó Sugriva-.
Y así los dos amigos se internaron en el bosque para resolver el misterio.

Ravana volando por los cielos con Sita

Mientras tanto, el príncipe Rama, ya había regresado a casa y andaba buscando a su querida esposa Sita.

¿A dónde habrá ido? -pensaba Rama, mientras la buscaba por el bosque. Hanuman y Sugriva encontraron al príncipe dando vueltas por el bosque llamando a Sita. ¡Sita! ¡Sita! -llamaba Rama- ¿Quién es Sita? -preguntó Hanuman- Sita es mi esposa, la princesa, -dijo Rama- Ella ha desaparecido. Así veo, -dijo Hanuman- Tal vez estas joyas le pertenezcan a ella. ¡Estas joyas son de Sita!, -respondió Rama- ¿Dónde está ella? y ¿Quiénes son ustedes? Yo soy Hanuman y él es el Rey Sugriva. Nosotros te ayudaremos a encontrarla. Gracias -dijo Rama- Por favor tenemos que encontrarla.


Hanuman le entrego a Rama las joyas de Sita
HANUMAN VA EN BUSCA DE SITA
Hanuman voló hacia el sur. Él sabía que Sita había sido llevada a la ciudad de Lanka por el demonio Ravana. Entonces, Hanuman creció y se volvió grande y fuerte y de un solo gran brinco empezó a volar entre las nubes hacia la ciudad en la isla.
Mientras volaba sobre el océano, su sombra fue vista por un terrible monstruo marino. ¡Grrrr! -dijo el monstruo- ¡Estoy muy hambriento y quiero comerte! Entonces el horrible monstruo abrió su boca y se tragó a Hanuman entero. ¡Oh! ¡Oh! -pensaba Hanuman- mientras resbalaba por la garganta del horrible monstruo-.

Hanuman volando hacia la isla de Lanka

Hanuman aterrizó con un gran ¡THUMP!, y de pronto se dio cuenta que estaba sentado en algo muy suave, miró hacia abajo… ¡estaba sentado en una cama! Hanuman estaba flotando dentro del estómago del monstruo marino, entonces, empezó a curiosear en la oscuridad y vio pedazos de mástiles y de barcos que habían zozobrado tiempo atrás, habían también esqueletos y toda una variedad de cosas que el monstruo había tragado.

Debo salir de acá -pensó Hanuman- mirando a su alrededor. Entonces tuvo una grandiosa idea.

En el estomago del gran monstruo
Hanuman se volvió tan pequeño como pudo, y volando dentro del estómago del monstruo, le hacía cosquillas por los lados, entonces el monstruo empezó retorcerse y moverse, muerto de la risa.
¡Hoo, hoo, ha, ha! ¡detente por favor! -decía el monstruo, mientras reía- ¡Tengo muchas cosquillas y si me rió mucho, voy a estornudar! Pero Hanuman siguió haciéndole cosquillas, entonces, el monstruo no pudo contenerse más. Creo, creo que voy a … Ahhh, Ahhh, Chooooo! -estornudó el monstruo-. Abrió su enorme boca y recordó que Hanuman se suponía estaba dentro, pero era muy tarde porque él había salido disparado y volaba ya hacia la ciudad de Lanka.

Hanuman salió de la boca del gran monstruo

Cuando Hanuman llegó a Lanka vio a muchos demonios resguardando el palacio caminando por todas partes. Algunos eran gordos, otros delgados, algunos eran color rojo betarraga, otros amarillo banana, y otros eran verde pepino, todos eran feos y repugnantes y gruñían mientras caminaban.

¡Oh no! -pensó Hanuman- mientras los observaba sentado en una de las murallas del gran palacio.
Hanuman aún estaba muy pequeño, entonces aprovechando de la oscuridad de la noche, se las ingenió para deslizarse entre los guardias, sin ser visto. Cuando estuvo dentro de la blanca ciudad de mármol, empezó a buscar a Sita, en todas las habitaciones del gran palacio de Ravana.

En las puertas del Palacio
Hanuman empezó a buscar en el comedor del palacio, en la cocina, en los corredores, pero no pudo encontrar a Sita, de pronto escuchó un sonido muy fuerte, como un trueno, un sonido que venía de una habitación que tenía una gran puerta dorada, entonces Hanuman muy despacio se arrastró por una rendija debajo de la puerta y encontró a Ravana durmiendo en una gran cama, con sus diez cabezas roncando a la misma vez. ¡Grrrr-phew… Grrrr-phew!!! Bueno -pensó Hanuman- de seguro que Sita no está acá.

Hanuman en el cuarto de Ravana

Hanuman encontró a Sita muy triste y melancólica sentada fuera del palacio en un hermoso jardín, y resguardada por algunos demonios que se habían quedado dormidos, entonces, se deslizó por una de las ramas de un árbol de fruta.

¡Psssst! -dijo Hanuman- haciéndole señas para llamar su atención. Sita levantó la mirada y quedó sorprendida al verlo.
¿Quién eres tú? -preguntó Sita- Yo soy Hanuman -respondió suavemente- He sido enviado por Rama para encontrarte, ahora debo volver para decirle a él que te he encontrado y luego volvere para rescatarte. ¡Oh, gracias! -respondió Sita, un poco más animada- pero debes tener mucho cuidado, Ravana no es solamente muy poderoso, sino también muy astuto.

Hanuman encuentra a Sita
Justo en ese momento uno de los demonios que resguardaban a Sita se despertó.
¡Un intruso entre nosotros! -gritó a los otros guardias- ¡Debemos capturarlo!
Y corrieron a atacar a Hanuman, pero él, de pronto se volvió muy grande y fuerte, se paró en medio del jardín y arrancó dos árboles con sus raíces y todo, y empezó a girarlos en todas direcciones para mantener a los demonios a distancia. Cuando Ravana se enteró de lo que Hanuman estaba haciendo, se puso furioso, entonces, se escuchó un sonido terrorífico lleno de ira, proveniente de sus diez cabezas gritando al mismo tiempo.
¡Un mono haciendo todo ese desastre en mi jardín! -dijo Ravana- ¡Envíen inmediatamente a mi hijo a capturarlo y que lo traiga a mi presencia.
El hijo de Ravana fue a cumplir la orden de su padre, y empezó a dispararle a Hanuman flechas con serpientes, pero éstas no podían herir al poderoso hombre mono.


Hanuman siendo atacado por el hijo de Ravana

¡FUEGO!

Hanuman tuvo una brillante idea. Talvez deba hablar con Ravana frente a frente -pensó-
Y haciéndose nuevamente pequeño, se dejó capturar por los guardias, para así ser llevado donde Ravana.

Por favor libera a Sita -le rogó Hanuman-
¡Nunca! -gruñó Ravana- ¡Eres un atrevido! ¡Quémenle la cola!

Varios demonios, agarraron la cola de Hanuman para atarla, pero de pronto su cola empezó a crecer… y crecer, larga, cada vez más larga!
¡Tontos! -gritó Ravana- ¡Es un truco! ¡Atrapen su cola y manténganla firme!
Finalmente, los guardias se las ingeniaron para colocar la punta de la cola de Hanuman en el fuego, pero el fuego no podía hacerle daño, porque sus poderes mágicos lo mantenían perfectamente fresco.

Hanuman en la corte de Ravana
De pronto, Hanuman tuvo otra grandiosa idea.
Lo tengo -pensó- ¡puedo poner mi cola encendida con fuego, en buen uso!
Y entonces, empezó a crecer nuevamente grande, muy grande, rompiendo las sogas que lo ataban. Con un sólo impulso, brinco por los aires, ¡su cola encendida brillaba y se veía como una enorme bola de fuego!, y volando encima de la ciudad de Lanka, prendió fuego en todos los techos de las casas.
¡Oh, cómo odio a ese mono! -gritó Ravana-
Y empezó a agitar sus veinte brazos con una ira salvaje, mientras tanto Hanuman sumergía su cola en el mar para apagarla.
Sssssssss….

Hanuman quemando los techos de las casas
Hanuman vólo de vuelta donde el príncipe Rama, para contarle todo lo que estaba pasando.
Todo lo que me dices suena muy interesante
-dijo Rama- pero, ¿cómo se supone que
rescataremos a Sita? No te preocupes -dijo Hanuman- Yo tengo todo un ejército de monos y juntos te ayudaremos a rescatar a Sita.
Entonces, emprendieron la marcha hacia el sur de India, cuando de pronto, en el camino, se encontraron con un gran océano.
¿Cómo cruzaremos? -preguntó Rama preocupado- Mis monos construirán un puente de piedras para que tú puedas cruzar.-respondió Hanuman- Y así, usando grandes rocas y árboles, Hanuman y sus monos construyeron un gran puente. Hanuman cargó a Rama en sus hombros para cruzar el mar hacia Lanka. Mientras tanto Ravana, que había enviado a su hijo, liderando el ejército de demonios, esperaban atentos y listos para la batalla.

Hanuman y Rama cruzando el gran oceano

LA GRAN BATALLA

¡La batalla fue tremendamente feroz!, los horribles y repugnantes demonios, disparaban lanzas venenosas y flechas con serpientes, Rama luchó valientemente, mientras Hanuman, desde lo alto de una montaña lanzaba rocas hacia los terribles demonios. De pronto el Rey Ravana, con sus veinte brazos entró en la batalla, cortando, empujando y cercando como un gran remolino y cada vez que una de las flechas de Rama, golpeaba una de las cabezas de Ravana inmediatamente ¡salía otra cabeza reemplazándola! Los demonios se acercaban cada vez más, a atacar el ejército de Rama.
Esto no está nada bien -dijo Rama a Hanuman- ¿Cómo rescataremos a Sita ahora?
¡Hah! -se burlaba Ravana- ¡Tontos! ¡Son un par de tontos! ¡Nunca tendrán a Sita de vuelta, porque nosotros ganaremos la batalla!

El ejercito de monos peleando contra los demonios

Entonces Hanuman se acercó a Rama y le susurró en el oído: El punto débil de Ravana es su pie, y existe solamente una manera segura de acabar con él -con una flecha mágica que el tiene escondida en su palacio-

Rama volteó a mirar a Hanuman, pero él ya volaba hacia el palacio de Ravana en busca de la flecha mágica, y cuando estuvo de vuelta le dijo a Rama:
Aquí tienes, esperemos que funcione…
Es nuestra última oportunidad -respondió Rama- mientras tensaba su arco.

Ravana se acercaba cada vez más, echando fuego por sus diez narices y humo por sus veinte orejas. Rama tomó fuerza y disparó:
>--¡Z I N G-!->
La flecha voló directamente hacia el pie de Ravana hiriéndolo mortalmente, de pronto se escuchó un grito ensordecedor, entonces Ravana cayó al suelo y murió.

Rama disparó la flecha magica
Hanuman voló al palacio de Ravana para liberar a Sita, y luego la llevó de vuelta a los brazos de Rama, quien la envolvió tiernamente en un gran abrazo.
Te extrañé mucho -dijo Sita- pero Hanuman siempre me dio esperanzas. Es por Hanuman, realmente que ahora tú estás sana y salva -dijo Rama-. No es nada -dijo Hanuman tímidamente, mientras miraba hacia el suelo. Ven Sugriva, es mejor que nos vayamos ahora.
No esperen -respondió Rama- Ustedes han hecho mucho por nosotros y queremos agradecerlo.

Rama y Sita, les dieron a Hanuman y Sugriva algunas joyas como regalos: "Desde ahora ustedes serán nuestros hermanos, por favor acepten nuestra amistad" Hanuman aceptó, muy feliz, y continuó así siendo un eterno y fiel servidor de Sita y Rama.



Sita y Rama dan como agradecimiento joyas a Hanuman y Sugriva
 
 
SITA RAMA Y HANUMAN KI JAY!!!

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