EL DESPERTAR SAI
EL DESPERTAR SAI: San Issa ¿Jesús? Parte 1- San Issa ¿Jesús? Parte 1- - EL DESPERTAR SAI

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miércoles, 8 de febrero de 2017

San Issa ¿Jesús? Parte 1-






San Issa ¿Jesús?
  
 

Documentos budistas afirman que Jesús estuvo de joven en la India 
y en el Tíbet antes de empezar su misión en Palestina
Templo de retiro Budista en la región de Ladak en El Tibet

Por: Nicolás Notovitch  Elizabeth Claire                                      Articulo de interés:    ¿Jesús, mito o realidad?
Intoducción yTraducción por: Héctor A. García                      Articulo de interés:
     ¿Quien era Buda y que enseñaba?

[Vea ruta¿Que ocurrio entre los 13 años de Jesús de Nazaret y los 29? Un niño escogido desde el vientre de su madre tendria que tener una preparación espiritual muy profunda consigo mismo antes de comenzar su misión. ¿Donde se preparo Jesús, en el mismo Nazaret? ¿Dentro de un marco de distracción y trabajo que no le permitiria el silencio interior necesario para poder internalizar su misión tracendental? ¿Porque no se casó entre los 13 y 14 años de edad como es la costumbre judia de casamiento temprano? Porque sus vecinos de Nazaret cuando el comienza su ministerio se preguntan ¿quien es el? Veamos a: Mateo 13: 53-58

53 Aconteció que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí. 54 Vino a su tierra y les enseñaba en su sinagoga, de manera que ellos estaban atónitos y decían:

-¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen a éste todas estas cosas?
57 Se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo:
-No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa.
58 Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.

La explicación lógica es que ellos le conocían mas de forma referencial que personalmente. Es como si tu te fueras de viaje a estudiar al exterior y los que te vieron o te conocieron de niño(a) al verte llegar ya como todo un hombre o mujer no te reconocen en tu adultez y te ven un día predicar en la iglesia de tus padres y se preguntan: ¿Oye no es ese(a) el hijo(a) de fulanita, que bonito habla verdad?

Ver: Lucas 4:16

Si Jesús hubiera crecido en su seno familiar toda su familia sabria que tipo de comportamiento le era propio en su vida diaria y nada de lo que hiciera les confundiria, pero esta señal es esclarecedora:

Juan 7:3-5
Por tanto, le dijeron sus hermanos:
-Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque nadie que procura darse a conocer hace algo en oculto. Puesto que haces estas cosas, manifiéstate al mundo.
Pues ni aún sus hermanos creían en él.  

 ¿No seria que esos 17 a 18 años previos a sus 30 que al parecer estuvo fuera de Nazaret y de los que no nos dice nada la Biblia, estaria según escritos Budistas en las montañas del Tibet bajo la tutela de monjes aprendiendo?  

En 1887, durante la guerra Turco Rusa, un periodista ruso llamado Nicolás Notovitch hizo un viaje a través de la India con el propósito de estudiar sus costumbres e investigar su arqueología. Mientras se dirigía a Leh, la capital de Ladak (en la India Norteña a lo largo de la frontera tibetana), Ladak conocida como el pequeño Tibet formó en una época, parte del Gran Tibet y luego conquistas subsecuentes de bárbaros del norte la incorporaron a Lassa  y más tarde la conquista de los musulmanes la convirtió a religión Islámica.  Él oyó a un lama tibetano (es decir, monje) en un monasterio, referirse a un gran lama llamado Issa (la traducción tibetana de "Jesús") Notovitch inquirió más allá, y descubrió que una crónica de la vida de Issa existía junto con otros sagrados pergaminos en el Convento de Himis (aproximadamente a 25 millas de Leh).

El escrito de Notovitch es amplio y Elizabeth Claire Prophet describe en detalle las palabras de Notovitch acerca de su viaje. Describiendo no sólo el conjunto de pergaminos que lo llevaron a conjuntar el evangelio budista, sino también todas sus peripecias hasta que dio con ellos. Todo en medio de una descripción de las costumbres de los pueblos del Tibet.

 

Notovitch visitó este convento y el lama principal le dijo que existía de hecho un pergamino con los detalles sobre el Profeta Issa. Este santo varón predicó las mismas doctrinas según se dice, que en Israel cuando él estuvo en la India. El pergamino original, dijo el lama, estaba escrito en el idioma Pali y después se tradujo al tibetano. El Convento de Himis tenía la traducción tibetana, mientras que el original estaba en la biblioteca de Lassa (la capital del Tíbet)    [Documentos]

  Notovitch persuadió al lama de leer el pergamino para él, y lo tradujo del tibetano por medio de un intérprete. Según Notovitch, la traducción literal del pergamino estaba desconectada y mezclada con otros eventos contemporáneos que no tenían ninguna relación, y él, se tomó la libertad de colocar "todos los fragmentos acerca de la vida de Issa en un orden cronológico y batalló mucho para fijar en ellos el carácter de unidad que estaba faltándoles".

Del pergamino, Notovitch aprendió que ese Jesús, había vagado por la India y el Tíbet cuando era un hombre joven antes de que empezara su trabajo en Palestina".

 El principio de la jornada supuesta de Jesús se describe en el pergamino de este modo:

 Cuando Issa había llegado a la edad de trece años, la edad cuando un Israelita debe tomar esposa, la casa dónde sus padres se ganaban la vida empezó a ser un lugar de encuentro para personas ricas y nobles, deseosas de tener por yerno al joven Issa, ya famoso por sus discursos moralmente edificantes en el nombre del Todopoderoso. Entonces Issa dejó la casa paternal en secreto, y partió de Jerusalén, con los comerciantes hacia el Tibet, con el objeto de perfeccionarse en la Palabra Divina y de estudiar las leyes de los grande Budas.

Un poco mas adelante, incluyo la traducción del escrito de Notovitch del Inglés al Español.

Se supone que algunos comerciantes Palestinos viajaron a la India, y hallaron a algunas personas que habían conocido a Issa cuando era estudiante del Sánscrito y del Pali durante su juventud en la India, y los llenó de tristeza saber el fallecimiento de Issa en las manos de Pilatos.  La historia concluye, cuando La Vida de San Issa es escrita en un pergamino por un autor desconocido tres o cuatro años después.

Es una costumbre entre los lamas del Tibet (o lo era en ese entonces según Notovitch) cada uno escribir algo relacionado con su historia y religión y así es como piensa que llegaron al monasterio los pergaminos que hablaban de Issa.

Es obvio por las mismas características del escrito, que éste se redactó después de la muerte de Issa y que se incluyo en él lo que se sabía acerca de su vida antes de regresar a Israel y que quién ó quienes la escribieron usaron la información que les dieron esos comerciantes que les dijeron de su muerte.

Lo que sigue es la traducción al español del escrito de Notovitch desde su versión inglesa. 
  
 

 
Jesús demostrando su sabiduría a su doce años en el templo

La Vida de San Issa 
EL MEJOR DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES
Documento hallado en Ladakh, bajo tutela budista
 
CAPÍTULO IV
1 Fue en ese momento cuando el Juez toda misericordia eligió encarnarse en un ser humano. 
2 Y el Espíritu Eterno, morando en un estado de inacción completa y de beatitud suprema, despertó y se destinó para un período indefinido del Ser Eterno, 
3 Para mostrar adelante en la guisa de la humanidad los medios de la auto-identificación con la Divinidad y para lograr la felicidad eterna.
4 Y para demostrar por el ejemplo cómo el hombre puede lograr la pureza moral separando su alma de su ciclo mortal, el grado de perfección necesaria para entrar en el reino de cielo que es invariable y donde reina la felicidad eterna. 
5 Poco después, un niño maravilloso nació en la tierra de Israel. El propio Dios hablaba por la boca de este infante de la debilidad del cuerpo y de la grandeza del alma. 
6 Los padres del niño recién nacido eran personas pobres, pertenecían desde su nacimiento a una familia piadosa renombrada que, olvidándose de su antigua grandeza en la tierra, alabaron el nombre del Creador y le agradecieron los problemas con que él los probó. 
7 Para premiarlos por no salirse fuera del camino de la verdad, Dios bendijo al primogénito de esta familia. Él lo escogió por su elección y le envió ayudar aquellos que habían caído en el mal y curar a aquellos que sufrían. 
8 El niño divino a quien se le dio el nombre de Issa, empezó en sus años más tempranos a hablar del único Dios indivisible, mientras exhortaba a las almas de aquellos que se habían ido descarriado, al arrepentimiento y a que se purificaran de los pecados de los que eran culpables. 
9 Las personas vinieron de todas partes para oírlo, y se maravillaban de los discursos que procedían de su boca infantil. Todo los Israelitas estaban de acuerdo diciendo que el Espíritu Eterno moraba en este niño. 
10 Cuando Issa había llegado a la edad de trece años, era la época cuando un Israelita debe tomar esposa. 
11 La casa donde sus padres se ganaban la vida con un modesto comercio empezó a ser un lugar a donde llegaban personas ricas y nobles, deseosos de tener un yerno como el joven Issa, ya famoso por sus discursos moralmente edificantes en el nombre del Omnipotente. 
12 Entonces Issa dejó la casa paternal en secreto, partió de Jerusalén, y se fue con los comerciantes hacia el Sind. 
13 Con el objeto de perfeccionarse en la Palabra Divina y de estudiar las leyes de los grandes Budas. 
CAPÍTULO V
1 En el curso de su decimocuarto año, el joven Issa, bendito de Dios, vino a este lado del Sind y se estableció en el Aryas, en la tierra querida de Dios. 
2 La fama y la reputación de este niño maravilloso se extendieron a lo largo del Sind norteño. Y cuando él cruzó el país de los cinco ríos y los Rajputana, los devotos del dios Jaine le rogaron que viviera con ellos. 
3 Pero él dejó a los adoradores de Jaine y se fue al país de Orissa dónde reposan los restos mortales de Vyasa-Krishna y en donde los sacerdotes blancos de Brahma le dieron una alegre bienvenida. 
4 Ellos le enseñaron a leer y a entender los Vedas, a curar con la ayuda de oración, a enseñar y a explicar las santas escrituras a las personas, y a echar fuera los malos espíritus de los cuerpos de los hombres, restaurando su salud. 
5 Él pasó seis años en Juggernaut, en Rajagriha, en Benares, y en las otras ciudades santas. Todos lo amamos, e Issa vivió en paz con los Vaisyas y los Sudras a quienes él instruyó en las escrituras santas. 
6 Pero los Brahmanes y los Kshatriyas le dijeron que tenían prohibido por el gran Para-Brahma estar cerca de aquellos a quienes él había creado a su lado y a sus pies. 
7 Que los Vaisyas eran los únicos autorizados para oír la lectura de los Vedas, y esto solo en los días festivos. 
8 Que los Sudras no sólo tenían prohibida la lectura de los Vedas, sino también el contemplarlos, porque su condición era servir a perpetuidad como los esclavos de los Brahmanes, Kshatriyas, e incluso los Vaisyas. 
9 "Sólo la muerte puede librarlos de su servidumbre" ha dicho Para-Brahma. Déjenlos entonces y vengan a rendir culto a con nosotros los dioses, que se incensarán contra ustedes si ustedes los desobedecen". 
10 Pero Issa no escuchó sus discursos y recurrió a los Sudras, mientras predicaba contra los Brahmanes y los Kshatriyas. 
11 Él protestó contra los actos de un hombre que se abroga el poder para privar a sus compañeros de sus derechos humanos, dijo, "Para Dios las obras del Padre no hacen ninguna diferencia entre sus hijos; todos son igualmente estimados por ÉL". 
12 Issa negó el origen divino de los Vedas y los Puranas. "Porque", enseñó él a sus seguidores, "Una ley ya se ha dado para guiarlos en sus acciones".
13 Ustedes tengan miedo de Dios, sólo doblen la rodilla ante él, y solo a él traigan las ofrendas que proceden de sus ganancias. 
14 Issa negó al Trimurti y la encarnación de Para-Brahma en Vishnu, Siva, y otros dioses, porque dijo él: 
15 "El Juez Eterno, el Espíritu Eterno, abarca la única e indivisible alma del universo que solo él crea, contiene y vivifica todo". 
16 "Él solo a legado y creado, él solo ha existido toda la eternidad, y su existencia no tendrá  fin. Él no tiene ningún igual en los cielos o en la tierra". 
17 "El Gran Creador no ha compartido su poder con ningún ser viviente, todavía menos con los objetos inanimados, como ellos les han enseñado a ustedes; porque solo él posee la omnipotencia". 
18 "Él lo mandó y el mundo apareció. En un pensamiento divino, él reunió las aguas, mientras separaba de ellas la porción seca del globo. Él es el principio de la existencia misteriosa del hombre en quien él ha insuflado una parte de su Ser". 
19 "Y él ha subordinado al hombre para permanecer en la tierra, a las aguas, las bestias, y a todo lo que él ha creado y que él mismo conserva en orden inmutable, arreglando para cada cosa la longitud de su duración". 
20 "El enojo de Dios pronto se soltará contra el hombre; porque él se ha olvidado de su Creador, él ha llenado sus templos de abominaciones, y él rinde culto a una muchedumbre de criaturas que Dios ha hecho subordinadas a él". 
21 "Porque para honrar a las piedras y a los metales, él sacrifica a los seres humanos en quien mora una parte del espíritu del más Alto". 
22 "Porque él humilla aquellos que trabajan con el sudor de su frente para adquirir el favor de los ociosos sentados a su mesa suntuosa". 
23 "A aquellos que privan a sus hermanos de la felicidad divina se les privará de ella a ellos. Los Brahmanes y los Kshatriyas se convertirán en Sudras, y los Sudras morarán eternamente con el Eterno".
24 "Porque en el día del último juicio se perdonará a los Sudras y los Vaisyas mucho debido a su ignorancia, mientras Dios, al contrario, castigará con su ira aquellos que se han abrogado sus derechos de ellos". 
25 Los Vaisyas y los Sudras estaban llenos de gran admiración y preguntaban a Issa cómo ellos debieran orar para no perder su felicidad eterna. 
26 "No hagan culto a los ídolos, porque ellos no los oyen. No escuchen los Vedas, porque su verdad es falsa. Nunca se pongan en el primer lugar y nunca humillen a su vecino". 
27 "Ayuden a los pobres, apoyen el débil, no haga mal a ninguno, y no codicien aquello que ustedes no tienen y pertenece a otro". 
CAPÍTULO VI
1 Los sacerdotes blancos y los guerreros, conociendo los discursos de Issa dirigidos a los Sudras, resolvieron su muerte y enviaron con este propósito a sus sirvientes para buscar al joven profeta. 
2 Pero Issa, advertido del peligro por los Sudras, dejó los alrededores de Juggernaut en la noche, alcanzó la montaña, y se estableció en el país de Gautamides, el lugar de nacimiento del gran Buda Sakyamuni, en medio de unas personas que rendían culto al único y sublime Brahma. 
3 Después de haberse perfeccionado en el idioma de Pali, Issa se aplicó al estudio de las sagradas escrituras de los Sutras
4 Seis años después, Issa, a quien el Buda había elegido para extender su palabra santa, se había vuelto un expositor perfecto de las sagradas escrituras. 
5 Entonces él dejó Nepal y las montañas del Amalaya, descendió al valle de Rajputana, y se dirigió hacia el oeste, mientras predicaba a las gentes diversas la perfección suprema de hombre.
6 Qué hacer el bien al vecino de uno, es un medio seguro de fusionarse a sí mismo rápidamente con el Espíritu Eterno. "Aquel quién haya recobrado su pureza original", dijo Issa, "morirá, después de haber obtenido la remisión por sus pecados, y tendrá el derecho para contemplar la majestad de Dios". 
7 Cruzando los territorios paganos, el divino Issa enseñó que el culto de dioses visibles era contrario a la ley de naturaleza. 
8 "Al hombre", dijo él, no "se le ha permitido ver la imagen de Dios, aún así, él ha construido a un grupo de deidades en semejanza al Eterno". 
9 "Todavía es más, es incompatible con la conciencia humana hacer menos importante de la grandeza de la pureza divina, que de la de animales y objetos fabricados por la mano de hombre en piedra o metal". 
10 "El Eterno Dador Leyes es uno; no hay ningún otro Dios mas que él. Él no ha compartido el mundo con nadie, ni ha informado a nadie de sus intenciones". 
11 "Así como un padre actuaría con sus niños, así Dios juzgará a los hombres después de sus muertes según las leyes de su misericordia. Nunca él humillaría a sus hijos con la trasmigración de su alma, como en un purgatorio, o dentro del cuerpo de un animal". 
12 "La ley celestial", dijo el Creador por la boca de Issa, "se opone a la inmolación y los sacrificios humanos, a una imagen o a un animal; porque yo he consagrado al hombre todos los animales y todos que la tierra contiene". 
13 "Todas las cosas se han sacrificado al hombre, quién esta directamente e íntimamente asociado conmigo su Padre; Por consiguiente, aquel quién me haya robado a mis hijos, se le juzgará severamente y se le castigará por la ley divina". 
14 "El hombre es nada ante el Juez Eterno, como el animal es nada ante el hombre". 
15 "Por lo tanto les digo, Dejen a sus ídolos y no realicen ritos que los separan de su Padre, asociándose con los sacerdotes a quienes los cielos han rechazado". 
16 "Porque son ellos quiénes los ha alejado del verdadero Dios y cuyas supersticiones y crueldades conducen a la perversión de su alma y la pérdida de todo sentido moral". 
CAPÍTULO VII
1 Las palabras de Issa se esparcieron entre los paganos en medio de los países que él cruzó, y las personas abandonaron sus ídolos. 
2 Viendo eso, los sacerdotes exigieron de él, quién glorificó al nombre del verdadero Dios, razones en la presencia de la gente, por los reproches que él hizo contra ellos y la demostración del nulo valor de sus ídolos. 
3 E Issa les contestó: "Si sus ídolos y sus animales son poderosos y realmente poseen una fuerza sobrenatural, entonces permítanles golpearme a la tierra". 
4 "Haz entonces un milagro", contestaron los sacerdotes, "Y permite que tu Dios confunda a nuestros dioses, si ellos le inspiran desprecio". 
5 Pero Issa dijo entonces: "Los milagros de nuestro Dios han sido hechos desde el primer día cuando el universo fue creado; ellos tienen lugar todos los días y en cada momento. Cualquiera que no los busca se priva de uno de los regalos más hermosos de la vida". 
6 "Y no es contra los pedazos de piedra, metal, o madera, que son inanimados, que el enojo de Dios tendrá curso completo; pero caerá en los hombres que, si ellos desean su salvación, deben destruir todos los ídolos que han hecho". 
7 "Así como una piedra y un grano de arena, que son nada a la vista del hombre, esperando pacientemente el momento cuando él los tomará y hará uso de ellos". 
8 "Así el hombre debe esperar el gran favor que Dios le otorgará en su juicio final". 
9 "La pena sea sobre ustedes, los enemigos de los hombres, si no será un favor lo que ustedes esperan sino la ira de la Divinidad. La pena sea sobre ustedes si esperan milagros para ser testigos de su poder". 
10 "Porque no serán los ídolos los que él aniquilará en su enojo, sino aquellos que los hallan erigido. Sus corazones se consumirán con el fuego eterno, y sus cuerpos lacerados irán a saciar el hambre de las bestias salvajes". 
11 "Dios sacará al impuro de entre sus rebaños, y él devolverá hacia si a aquellos que se hallan salido del camino por no haber reconocido la porción de espiritualidad dentro de si".
12 Viendo la falta de fuerza de los sacerdotes, los paganos todavía tenían gran fe en los refranes de Issa y, temiendo el enojo de la Divinidad, rompieron sus ídolos en pedazos. En cuanto a los sacerdotes, ellos huyeron para escapar de la venganza del populacho. 
13 E Issa llevó más allá a los paganos y les enseño a no esforzarse por ver el Espíritu Eterno con sus ojos, sino a hacer el esfuerzo para sentirlo en sus corazones y con la pureza de alma para hacerse dignos de sus favores. 
14 "No sólo", les dijo, "Absténgase de hacer sacrificios humanos, no inmolen ninguna criatura a quien la vida se le ha dado, porque todas las cosas que existen se han creado para el beneficio del hombre". 
15 "No roben las cosas de su vecino, porque eso sería privarlo de lo que él ha adquirido con el sudor de su frente". 
16 "No engañen a nadie, para no ser engañados. Hagan un esfuerzo por justificarse antes del juicio final, pues entonces será demasiado tarde". 
17 "No se abandonen al libertinaje, pues eso sería violar las leyes de Dios". 
18 "Ustedes lograrán la felicidad suprema, no sólo purificándose ustedes mismo, sino también guiando otros de la manera que les permita ganar la perfección original". 
CAPÍTULO VIII
1 Los países vecinos resonaron con las profecías de Issa, y cuando él entró a Persia los sacerdotes se alarmaron y prohibieron a los habitantes que lo escucharan. 
2 Y cuando vieron a todos los pueblos dándole la bienvenida con alegría y escuchando devotamente a sus sermones, dieron órdenes de arrestarlo y lo llevaron ante el alto sacerdote  dónde él pasó por la siguiente interrogación: 
3 "¿De qué nuevo Dios hablas? No estás consciente, hombre infeliz, que el Santo Zoroastro es el único justo admitido con el privilegio de comunión con el Ser Supremo".
4 "¿Quién ordena a los ángeles poner por escrito la palabra de Dios para el uso de las personas, leyes que se le dieron a Zoroastro en el paraíso?" 
5 "¿Con qué artes entonces te atreves aquí a blasfemar contra nuestro Dios y a sembrar la duda en los corazones de los creyentes?". 
6 E Issa les dijo: "No es de un nuevo Dios que yo hablo, sino de nuestro Padre Celestial, quién ha existido todo el tiempo y quién todavía estará después del fin de todas las cosas". 
7 "Es de él quien yo he hablado a las personas que, como niños inocentes, no son todavía capaces de comprender a Dios por la simple fuerza de su inteligencia, o de penetrar en su divina y espiritual sublimidad". 
8 "Y así como un bebé descubre en la oscuridad el pecho de su madre, incluso las personas que han sido llevadas al error por su doctrina errónea y sus ceremonias religiosas, han reconocido por instinto a su Padre, el Padre de quien yo soy el profeta". 
9 El Ser Eterno ha dicho a su gente a través de mi boca: "Ustedes no rendirán culto al sol, pues él es una parte del mundo que yo he creado para el hombre". 
10 "El sol sube para calentarlos durante su trabajo; y se pone para permitirles el reposo que yo he fijado". 
11 "Es a mí, y a mí solo, a quien ustedes deben todo lo que poseen, todo esto será encontrado en ustedes, sobre ustedes, y debajo de ustedes".
12 "Pero", preguntaron los sacerdotes, "¿Cómo una persona puede vivir según las reglas de la justicia si no tuviera a ningún preceptor?". 
13 Entonces Issa les contestó, "Aún cuando las personas no tengan a ningún sacerdote, la ley natural los gobierna, y ellos conservaran el candor de sus almas". 
14 "Sus almas estaban con Dios, y para comulgar con el Padre sin el recurso de ningún ídolo o animal, ni del fuego, como es practicado aquí". 
15 "Ustedes tratan que uno rinda culto al sol, el espíritu del bien y de mal. Bien, yo les digo a ustedes, su doctrina es falsa, el sol no actúa espontáneamente sino según la voluntad del Creador invisible que lo dio a luz". 
16 "Y quién le ha mandado ser la estrella que debe encender el día, calentar la labor y el tiempo de sembrar del hombre". 
17 "El Espíritu Eterno es el alma de todo lo animado. Ustedes cometen un gran pecado dividiéndolo en un espíritu de mal y un espíritu de bien, pues no hay ningún Dios fuera del bueno, 
18 "Quién, como hace un padre de familia, hace cosas buenas para sus hijos, perdonando todas sus faltas si ellos se arrepienten". 
19 "El espíritu del mal mora en la tierra en los corazones de esos hombres que hacen a un lado a los hijos de Dios en el camino estrecho". 
20 "Por lo tanto yo les digo. Tengan cuidado con el día del juicio, pues Dios infligirá un castigo terrible a todos aquellos que hallan llevado a sus hijos fuera del camino correcto y los han llenado de supersticiones y prejuicios". 
21 "Aquellos que han deslumbrado a los que ven, que han contagiado al saludable, y enseñaron  el culto hacia las cosas que Dios ha subordinado al hombre para su bien y para ayudarlo en su trabajo". 
22 "Su doctrina es, por consiguiente; el fruto de sus errores; pues deseando traer cerca de ustedes al Dios de verdad, han creado para ustedes mismos los dioses falsos".
23 Después de haberlo escuchado, los magos determinaron no hacerle ningún daño. Pero por la noche, cuando todo el pueblo estaba durmiendo, ellos lo sacaron fuera de las paredes y lo abandonaron en el camino alto, con la esperanza que él sería pronto una presa de las bestias salvajes. 
24 Pero, protegido por el Señor nuestro Dios, San Issa continuó su camino sin ser molestado.
CAPÍTULO IX
1 Issa a quien el Creador había elegido para recordar a la humanidad depravada del verdadero Dios, había alcanzado sus veintinueve años cuando regresó a la tierra de Israel. 
2 Desde su salida los paganos habían infligido todavía más atroces sufrimientos en los Israelitas que eran presa del desaliento más profundo. 
3 Muchos entre ellos ya habían empezado a abandonar las leyes de su Dios y las de Moisés con la esperanza de aplacar a sus salvajes conquistadores. 
4 Ante la cara de este mal, Issa exhortó a sus compatriotas a no desesperar porque el día de la redención de sus pecados estaba a la mano, y él los confirmó en la creencia que tenían en el Dios de sus padres. 
5 "Hijos, no desesperen", dijo el Padre Celestial por la boca de Issa, "Porque yo he oído su voz, y sus lamentos me han alcanzado". 
6 "No lloren, ¡O mis amados! Pues su pesar ha tocado el corazón de su Padre, y él los ha perdonado, así como él perdonó a sus antepasados". 
7 "No abandonen a sus familias para zambullirse en el libertinaje, no pierden la nobleza de sus sentimientos, y no rindan culto a ídolos que permanecerán sordo a sus voces". 
8 "Llenen mi templo con sus esperanzas y con su paciencia y no abjuren de la religión de sus padres; porque yo solo los he guiado y les he llenado con beneficios". 
9 "Ustedes levantarán a aquellos que se han caído, darán la comida al hambriento, y ayudarán al enfermo, para que sean todos puros y justos en el día del último juicio que yo preparo para ustedes". 
10 Los Israelitas llegaban en muchedumbre a escuchar las palabras de Issa, mientras le preguntaban donde debieran alabar al Padre Celestial, viendo que el enemigo había arrasado sus templos a la tierra y había puesto en el suelo a sus sagrados vasos. 
11 E Issa les contestó que Dios no tenía a su vista templos erigidos por la mano del hombre, pero él quiso decir que el corazón humano era el verdadero templo de Dios. 
12 "Entren en su templo, en su corazón. Ilumínenlo con los buenos pensamientos, la paciencia y la confianza inmóvil que ustedes deben tener en su Padre". 
13 "Y sus sagrados vasos, serán sus manos y sus ojos. Vean y hagan aquello que es agradable a Dios. Porque haciendo el bien a su vecino, ustedes lograrán el rito que embellece el templo en donde mora quién les dio la vida". 
14 "Pues Dios los ha creado a su propia inocente semejanza, con almas y corazones puros llenos de bondad, no destinados a la concepción de malos esquemas, sino hecho para ser santuarios de amor y justicia". 
15 "Por lo tanto les digo, no manchen sus corazones, pues el Ser Supremo mora ahí eternamente". 
16 "Si ustedes desean lograr que sus trabajos estén marcados con amor o piedad, háganlos con un corazón abierto y no permitan que sus acciones sean gobernadas por cálculos o la esperanza de ganancias". 
17 "Pues tales acciones no ayudarían a su salvación, y caerían en ese estado de degradación moral dónde el robo, la mentira, y el asesinato pasan por hechos generosos". 
CAPÍTULO X
1 San Issa fue de un pueblo a otro, mientras fortalecía con la palabra de Dios el valor de los  Israelitas, que estaban listos sucumbir al peso de su desesperación; y miles de hombres lo siguieron a oírle predicar. 
2 Pero los jefes de los pueblos se asustaron de él, e hicieron saber al gobernador principal que rige en Jerusalén, que un hombre nombrado Issa había llegado al país; que estaba agitando con sus discursos a las personas en contra de las autoridades; que la muchedumbre lo escuchaba a él con asiduidad, despreciando los trabajos del estado, y afirmando que antes de mucho se librarían de sus gobernadores intrusos. 
3 Entonces Pilatos, gobernador de Jerusalén, ordenó que ellos debieran arrestar al predicador Issa, que debieran traerlo al pueblo y llevarlo ante los jueces. Pero para no excitar el enojo del populacho, Pilatos encargó a los sacerdotes y los sabios superiores hebreos, a juzgarlo en el templo. 
4 Entretanto Issa, continuando con sus sermones, llegó a Jerusalén; y, habiendo sabido de su llegada, todos los habitantes, conociendo ya su reputación, salieron para encontrarlo. 
5 Lo saludaron respetuosamente y le abrieron las puertas de su templo para oír de su boca lo que él había dicho en las otras ciudades de Israel. 
6 E Issa les dijo: "La raza humana perece debido a su falta de fe, pues la oscuridad y la tempestad han esparcido los rebaños de la humanidad y ellos han perdido a sus pastores". 
7 "Pero la tempestad no durará para siempre, y la oscuridad no siempre ocultará a la luz. El cielo se pondrá sereno una vez más, la luz celestial se extenderá ella misma por encima de la tierra, y los rebaños perdidos se reunirán alrededor de su pastor". 
8 "No se esfuerzan por encontrar caminos rectos en la oscuridad para no caer en un hoyo; pero pongan juntas sus fuerzas restantes, apóyense entre si, pongan su confianza en Dios, y esperen hasta que la luz aparezca". 
9 "Aquél quién sostiene a su vecino, se sostiene él mismo; y quienquiera que protege a su familia, protege a las personas y al estado". 
10 "Para estar seguro de que el día esta a la mano cuando ustedes sean entregados desde la oscuridad; se reunirán como una sola familia; y su enemigo que ignora lo que es el favor de Dios, temblará con miedo". 
11 Los sacerdotes y los ancianos superiores que estaban escuchándolo, llenos de admiración por su discurso, le preguntaron que si era verdad que él había intentado agitar a las personas contra las autoridades del país, como se había informado al gobernador Pilatos. 
12 "¿Puede uno excitar a los hombres descarriados a la insurrección de quien la oscuridad ha escondido su puerta y su camino? " Issa contestó. "Yo he advertido sólo al infortunado, como lo hago aquí en este templo, que ellos no pueden adelantar más allá a lo largo de su senda oscurecida, porque un abismo está abierto bajo sus pies". 
13 "El poder terrenal no es de larga duración, y está sujeto a muchos cambios. ¿De qué sirve al hombre el sublevarse contra él, viendo que un poder siempre tiene éxito sobre otro poder? Y así vendrá a pasar hasta la extinción de humanidad". 
14 "¿Contra cuál, ustedes no ven que el poderoso y el rico siembran entre los hijos de Israel un espíritu de rebelión contra el poder eterno de cielo?" 
15 Los ancianos preguntaron entonces: "¿Quién eres tú, y de qué lugar rural vienes? Nosotros no hemos oído hablar de ti antes, y ni siquiera sabemos tu nombre". 
16 "Yo soy un Israelita", Issa contestó. "Desde el día de mi nacimiento yo vi las paredes de Jerusalén, y oí el llanto de mis hermanos reducidos a la esclavitud, y los lamentos de mis hermanas que fueron llevadas lejos por los paganos. 
17 "Y mi alma, estuvo llena de tristeza cuando vi que mis hermanos se habían olvidado del verdadero Dios. Como un niño, yo dejé la casa de mi padre y fui a morar entre otras gentes". 
18 "Pero habiendo oído que mis hermanos todavía estaban sufriendo mayores torturas, he regresado al país dónde mis padres moran para recordar a mis hermanos de la fe de sus antepasados que nos enseña paciencia en la tierra para obtener la perfecta y felicidad sublime en el cielo". 
19 Y los sabios ancianos lo hicieron esta pregunta: "Se dice que tu niegas las leyes de Moisés y que tu le enseñas a la gente a desamparar el templo de Dios". 
20 E Issa contestó: "Uno no puede demoler aquello que ha sido dado por nuestro Celestial Padre, ni aquello qué ha sido destruido por los pecadores; pero yo he ordenado la purificación del corazón de toda mancha, pues él es el verdadero templo de Dios". 
21 "Acerca de las leyes de Moisés, yo he procurado establecerlas en los corazones de los hombres. Yo les digo que ustedes no entienden su significado real, pues no es venganza sino misericordia lo que ellas enseñan; sólo el sentido de estas leyes es el que se ha pervertido". 
CAPÍTULO XI
1 Habiendo escuchado a Issa, los sacerdotes y los sabios ancianos decidieron entre ellos no juzgarlo, porque él no dañaba a nadie. Y presentándose ante Pilatos, el gobernador designado de Jerusalén por el rey pagano del país de los romanos, ellos se dirigieron a él así: 
2 "Nosotros hemos visto al hombre a quien tu acusas de incitar a nuestra gente a la rebelión; Hemos oído sus discursos, y nosotros lo conocemos como nuestro compatriota". 
3 "Pero los jefes de las ciudades te han dado falsos informes, pues este es un hombre justo que enseña a la gente la palabra de Dios. Después de haberlo interrogado, nosotros lo despedimos, para que él pudiera ir en paz". 
4 El gobernador se enfureció entonces y envió cerca de Issa  a sus sirvientes, fingiendo para que ellos pudieran mirar todas sus acciones e informar a las autoridades la menor palabra que él dirigiera a las personas. 
5 Entretanto, San Issa continuó visitando los pueblos vecinos, predicando los verdaderos caminos del Creador, exhortando a los hebreos a la paciencia, y prometiéndoles una liberación rápida. 
6 Y durante todo este tiempo, muchas personas lo siguieron dondequiera que él fue, algunos nunca lo dejaron y se volvieron sus servidores. 
7 E Issa dijo: "No crean en los milagros forjados por la mano del hombre, porque Él quién domina por encima de la naturaleza, es exclusivamente capaz de hacer algo sobrenatural, pues el hombre es impotente al estar ante el enojo de los vientos o la caída de la lluvia". 
8 "Aún así, hay un milagro que es posible para el hombre lograr. Es cuando, lleno de una sincera credibilidad, él decide echar fuera de su corazón todos los malos pensamientos, y cuándo logre este fin, él se retirará de los caminos de iniquidad". 
9 "Y todas las cosas que se hacen sin Dios son nada mas que errores, seducciones, y encantamientos que sólo demuestran hasta que grado el alma de aquel quién practica este arte está llena de inmodestia, falsedad e impureza". 
10 "No pongan su fe en los oráculos; solo Dios sabe el futuro: aquel quién se atiene al recurso de los adivinos, profana el templo que está en su corazón y da una prueba de desconfianza hacia su Creador". 
11 "La fe en adivinadores y en sus oráculos destruye la simplicidad innata del hombre y su pureza infantil. Un poder infernal toma posesión de él, obligándole a cometer todas las clases de crímenes y rendir culto a los ídolos". 
12 "Considerando que Dios nuestro Señor quien no tiene igual, es uno, todo-poderoso, omnisciente y omnipresente. Es él quién posee toda la sabiduría y toda la luz". 
13 "Es a él a quien ustedes deben dirigirse para ser consolados en sus dolores, ayudados en sus trabajos, y curados de su enfermedad. Quienquiera que recurra a él no será negado". 
14 "El secreto de la naturaleza está en las manos de Dios. Pues el mundo, antes de que apareciera, existió en la profundidad del pensamiento divino; se volvió material y visible por la voluntad de lo más Alto". 
15 "Cuando ustedes se dirijan a él, vuélvase de nuevo como los niños; pues ustedes no conocen ni el pasado, ni el presente, ni el futuro, y Dios es el Amo de todo el tiempo". 
CAPÍTULO XII
1 "Hombre virtuoso", le dijeron a él los espías del gobernador de Jerusalén, "Dinos si nosotros debemos realizar la voluntad de nuestro César o esperar nuestra liberación rápida".
2 E Issa, habiéndolos reconocido como las personas designadas para seguirlo, contestó: "Yo no les he dicho que ustedes se entreguen a César. Es el alma zambullida en el error la que tendrá su liberación". 
3 "Así como no puede haber familia sin una cabeza, no puede haber ningún orden entre las personas sin un César; a él implícita obediencia debe darse, él será el exclusivo responsable de sus actos antes del tribunal supremo". 
4 "¿César posee un derecho divino? " Le preguntaron los espías. "¿Y él es el mejor de mortales?". 
5 "No debe haber ninguno mejor entre los hombres, pero hay también víctimas, a quienes aquellos elegidos y encargados con esta misión deben cuidar, haciendo uso de los medios conferido a ellos por la sagrada ley de nuestro Padre Celestial". 
6 "Misericordia y justicia son los atributos más altos de un César; su nombre será ilustre si él se adhiere a ellos". 
7 "Pero aquel quién actúa de otro modo, quién excede el límite del poder que él tiene sobre sus subordinados, yendo tan lejos que ponga sus vidas en peligro, ofende al gran Juez y pierde su dignidad a la vista de hombre". 
8 En esta coyuntura, una mujer vieja que se había acercado al grupo, para oír mejor a Issa,  fue empujada al lado por uno de los espías que se puso delante de ella. 
9 Entonces Issa disertó: "No es reunión el que un hijo deba poner al lado a su madre, tomando su lugar. Quienquiera que no respete a su madre, el más sagrado ser después de su Dios, es indigno del nombre de hijo". 
10 "Escuchen, entonces, lo que yo les digo: Respeten a la mujer, porque ella es la madre del universo, y toda la verdad de la creación divina reside en ella". 
11 "Ella es la base de todo lo que es bueno y hermoso, como ella es también el germen de la vida y de la muerte. De ella depende la existencia entera del hombre, porque ella es su apoyo natural y moral". 
12 "Ella les dio su nacimiento en medio del sufrimiento. Con el sudor de su frente ella los cría, y hasta su muerte ustedes le causan las más graves ansiedades. Bendígala y ríndale culto, porque ella es su amiga, su apoyo en la tierra". 
13 "Respétenla, levántenla. Actuando así ganarán su amor y su corazón. Ustedes encontrarán favor a la vista de Dios y muchos pecados se les perdonaran". 
14 "De la misma manera, amen a sus esposas y respétenlas; porque ellas serán madres mañana, y de cada uno de los ancestros de una raza". 
15 "Sean indulgentes hacia la mujer. Su amor ennoblece al hombre, ablanda su corazón endurecido, doma al bruto en él, y hace de él un cordero". 
16 "La esposa y la madre son los tesoros inapreciables dados a ustedes por Dios. Ellas son los ornamentos más hermosos de la existencia, y de ellas todos los habitantes del mundo nacerán". 
17 "Así como el Dios de los ejércitos separa del todo a la luz de la oscuridad, y a la tierra de las aguas, la mujer posee la facultad divina de separar de un hombre las intenciones buenas de los pensamientos malos". 
18 "Por lo tanto yo les digo, después de Dios sus pensamientos más buenos deben pertenecer a las mujeres y a las esposas, siendo la mujer para ustedes el templo donde obtendrán fácilmente la mas perfecta felicidad". 
19 "Imbúyanse en este templo con la fuerza moral. Aquí ustedes se olvidarán de sus dolores y sus fracasos, y recuperaran la energía perdida necesaria para permitirles ayudar a su vecino". 
20 "No la expongan a la humillación. Actuando ustedes así se humillaría y se perdería el sentimiento de amor sin el que nada existe aquí abajo". 
21 "Protejan a su esposa, para que ella pueda protegerlos a ustedes y a toda su familia. Todo lo que ustedes hagan por su esposa, su madre, por una viuda u otra mujer en dolor, ustedes lo habrán hecho a su Dios". 
CAPÍTULO XIII
1 Así San Issa enseñó a las personas de Israel durante tres años, en cada pueblo, en cada villa, por los bordes del camino y en las llanuras; y todo lo que él había predicho sucedió. 
2 Durante todo este tiempo los sirvientes enmascarados de Pilatos lo vigilaron estrechamente sin oír algo dicho como los informes hechos contra Issa en los años anteriores por los jefes de los pueblos. 
3 Pero el gobernador Pilatos, alarmándose de la gran popularidad de San Issa, quien según sus adversarios buscaba avivar a las personas para proclamarlo rey, ordenó acusarlo a uno de sus espías. 
4 Entonces se ordenó a los soldados que procedieran a su arresto, y ellos lo encarcelaron en una celda subterránea dónde lo torturaron de varias maneras con la esperanza de obligarle a que hiciera una confesión que pudiera permitirles su muerte. 
5 El santo, pensando sólo en la beatitud perfecta de sus hermanos, soportó todos sus sufrimientos en el nombre de su Creador. 
6 Los servidores de Pilatos continuaron torturándolo y lo redujeron a un estado de debilidad extrema; pero Dios estaba con él y no le dejó morir. 
7 Viendo los sufrimientos y las torturas que su santo estaba soportando, los altos sacerdotes y los superiores sabios fueron a rogarle al gobernador poner Issa en libertad en honor de una próxima fiesta. 
8 Pero el gobernador se los negó inmediatamente. Le rogaron permitirle a Issa aparecer antes del tribunal de los ancianos entonces para que él pudiera condenarse o descargarse antes de la fiesta, y a esto Pilatos consintió. 
9 Al día siguiente el gobernador congregó a los capitanes principales, sacerdotes, superiores sabios y abogados para que ellos pudieran juzgar Issa. 
10 Lo trajeron de su prisión y lo sentaron ante el gobernador entre dos ladrones para ser juzgados al mismo tiempo que él para mostrar hacia la muchedumbre que él no era el único en ser condenado. 
11 Y Pilatos, dirigiéndose a Issa, le dijo: "¡Oh hombre! ¿Es verdad que tu incitas a las personas contra las autoridades con el intento de hacerte tu mismo el rey futuro de Israel?". 
12 "Uno no se vuelve rey por su propia voluntad", Issa le contestó, "Y ellos han mentido quién quiera que haya dicho que yo incito a las personas a la rebelión. Yo nunca he hablado de nadie sino del Rey de Cielo, y es a él quien yo enseño a las personas a orar". 
13 "Pues los hijos de Israel han perdido su pureza original; y si ellos no recurren al verdadero Dios, serán sacrificados y su templo caerá en ruinas". 
14 "Como el poder temporal mantiene el orden en un país, yo les enseño a no olvidarse de esto. Yo les digo a ellos: Vivan conforme a su estación y su fortuna, para no perturbar el orden público. Y yo también los he exhortado a recordar que desorden reina en sus corazones y en sus mentes". 
15 "Pues el Rey de Cielo los ha castigado y ha suprimido a sus reyes nacionales. No obstante, yo les he dicho; Si ustedes se resignan a su destino, como un premio el reino de cielo se reservará para ustedes". 
16 En ese momento, el testigo fue traído adelante, uno que hizo la deposición siguiente: "Tu dijiste hasta el hastío a las personas que el poder temporal es como nada contra eso del rey que liberará a los Israelitas pronto del yugo pagano". 
17 "Bendito seas", dijo Issa, "Por haber dicho la verdad. El Rey de Cielo es mayor y más poderoso que la ley terrestre, y su reino supera a todos los reinos de la tierra". 
18 "Y el tiempo no está lejano cuando, conforme a la divina voluntad, las personas de Israel se purificarán de sus pecados; Pues se ha dicho que un profeta vendrá a proclamar la liberación de las personas, recogiéndolos en un solo pliegue". 
19 Y el gobernador, dirigiéndose a los jueces, dijo: "¿Ustedes lo oyen? El Israelita Issa confiesa el crimen del que se le acusa. Júzguenlo, entonces, según sus leyes, y pronuncien contra él la pena capital". 
20 "Nosotros no podemos condenarlo", contestaron los sacerdotes y los superiores. "Tu mismo le has oído que sus alusiones eran hechas con respecto al Rey de Cielo y que él no ha predicado nada a los hijos de Israel que podría constituir una ofensa contra la ley". 
21 El gobernador Pilatos envió entonces por el testigo que, a su instigación, había traicionado Issa. El hombre vino y se dirigió Issa así: "¿No pasaste tu mismo como el rey de Israel cuándo dijiste que él que reina en los cielos te había enviado a preparar a su gente?". 
22 E Issa, habiéndolo bendecido, dijo: "¡Tu serás perdonado, pues eso que dices no viene de ti!" Entonces, dirigiéndose al gobernador: "¿Por qué humillas tu dignidad, y por qué enseñas a tus inferiores a vivir en la falsedad?, Pues aún sin hacerlo tienes el poder como para condenar a un inocente".
23 Ante estas palabras el gobernador se enojó demasiado, ordenando que se pasara sentencia de muerte sobre Issa y el descargo de los dos ladrones. 
24 Los jueces, habiéndose consultado, dijeron a Pilatos: "Nosotros no tomaremos sobre nuestras cabezas el gran pecado de condenar a un hombre inocente y perdonar a los ladrones. Eso estaría contra la ley". 
25 "Hagan entonces ustedes lo que quieran". Dicho lo cual, los sacerdotes y a los superiores sabios salieron y lavaron sus manos en un vaso sagrado, mientras decían: "Nosotros somos inocentes de la muerte de este hombre justo". 
CAPÍTULO XIV
1 Por el orden del gobernador, los soldados asieron a Issa y a los dos ladrones, a quienes llevaron al lugar de la ejecución en donde ellos los clavaron a las cruces erigidas en la tierra. 
2 Todo el día los cuerpos de Issa y los dos ladrones permanecieron suspendidos, terrible vista, bajo la guardia de los soldados; las personas estaban de pie alrededor, los parientes de las víctimas orando y llorando. 
3 Al ocaso los sufrimientos de Issa acabaron. Él perdió la conciencia, y el alma de este hombre justo dejó a su cuerpo y se absorbió en la Divinidad. 
4 Así terminó la existencia terrenal del reflejo del Espíritu Eterno bajo la forma de un hombre que había salvado a los pecadores endurecidos y había soportado muchos sufrimientos. 
5 Entretanto, Pilatos se asustó de su acción y dio el cuerpo del santo a sus padres que lo enterraron cerca del lugar de su ejecución. La muchedumbre llegó a orar encima de su tumba, y el aire estaba lleno con gemidos y lamentos. 
6 Tres días después, el gobernador envió a sus soldados a que se llevaran el cuerpo de Issa lejos para enterrarlo en otra parte, temiendo por otra parte una insurrección popular. 
7 Al día siguiente, la muchedumbre encontró la tumba abierta y vacía. Enseguida se regó el rumor de que el Juez supremo había enviado a sus ángeles a llevarse lejos los restos mortales del santo en quien residía en la tierra una parte del Espíritu Divino. 
8 Cuando este rumor llegó a conocimiento de Pilatos, él se encolerizó y prohibió a cualquiera, bajo pena de esclavitud y muerte, pronunciar el nombre de Issa u orar al Señor por él. 
9 Pero la gente continuó llorando y glorificando a su Maestro; y aunque muchos fueron llevados al cautiverio, sujetos a torturar, y a ser muertos. 
10 Y los discípulos de San Issa abandonaron la tierra de Israel y se esparcieron entre los paganos, mientras predicaban que debieran renunciar a sus errores, que pensaran en la salvación de sus almas y de la felicidad perfecta que espera a la humanidad en ese mundo inmaterial de luz dónde, en el reposo y en toda su pureza, el Gran Creador mora en perfecta majestad. 
11 Los paganos, sus reyes, y sus guerreros escucharon a los predicadores, abandonaron sus creencias absurdas, y desampararon a sus sacerdotes y a sus ídolos para celebrar la alabanza del todo sabiduría Creador del universo, el Rey de reyes cuyo corazón está lleno con infinita misericordia. 

Fin

Estos son los primeros 4 capitulos del escrito, puestos en este lugar pues no hablan directamente de Jesús, sino de su trasfondo cultural.

CAPÍTULO I
1 La tierra ha temblado y los cielos han llorado debido al gran crimen que se ha cometido en la tierra de Israel. 
2 Porque ellos han torturado y han matado al gran y único Issa, en quien moraba el alma del universo. 
3 Qué fue encarnado como un simple mortal para hacer el bien a los hombres y exterminar sus malos pensamientos. 
4 Y para devolver al hombre degradado por sus pecados a una vida de paz, amor y felicidad y para llamar a Él, al único e indivisible Creador cuya misericordia es infinita. 
5 Oigan lo que los comerciantes de Israel nos dicen a nosotros de este asunto. 
CAPÍTULO II
1 Las personas de Israel que moraban en una tierra fecunda que daba dos cosechas al año y quiénes poseían grandes rebaños, excitaron con sus pecados el enojo de Dios. 
2 Quién infligió en ellos un castigo terrible tomando su tierra, su ganado, y sus posesiones. Israel se redujo a la esclavitud por el poderoso y rico faraón que entonces reinaba en Egipto. 
3 Estos, trataron a los Israelitas peor que a los animales, mientras los maltrataban con tareas difíciles y los cargaban con cadenas. Cubrieron sus cuerpos con moretones y heridas, sin darles comida o permitirles morar bajo un techo.
4 Para mantenerlos en un estado incesante de terror y privarlos de toda semejanza a un ser humano. 
5 Y en su gran calamidad, las personas de Israel recordaron a su protector celestial y dirigiéndose a él, imploraron su gracia y misericordia. 
6 Un faraón ilustre reinaba entonces en Egipto que se había hecho famoso por sus numerosas victorias, las riquezas que había apilado, y los inmensos palacios que sus esclavos habían erigido para él con sus propias manos. 
7 Este faraón tenía dos hijos de quien el más joven se llamó Moisés. Los Sabios Israelitas le enseñaron ciencias diversas. 
8 Y ellos amaron a Moisés en Egipto por su bondad y la compasión que mostró a todos aquellos que sufrían. 
9 Viendo que los Israelitas no habrían de abandonar a su Dios para rendir culto a aquellos hechos por la mano de hombre que era dioses de la nación egipcia, a pesar de los sufrimientos terribles que ellos estaban soportando.
10 Moisés creyó en su Dios invisible que no permitió que su fuerza fracasara. 
11 Y los preceptores de los Israelitas excitaron el ardor de Moisés recurriendo a él, mientras le rogaban interceder con el faraón, su padre, a favor de su co-religionarios. 
12 Fue entonces, que el Príncipe Moisés fue a su padre, pidiéndole que mejorara el destino de estos desafortunados. Pero el faraón se encolerizó contra él y aumentaron los tormentos soportados por sus esclavos. 
13 Luego de un tiempo corto, un gran mal llegó a Egipto. La pestilencia vino a diezmar allí a todos, al joven y al viejo, al débil y al fuerte; y el faraón creyó que era resentimiento de sus propios dioses contra él. 
14 Pero el Príncipe Moisés le dijo a su padre que era el Dios de sus esclavos el que estaba intercediendo a favor de estos desafortunados castigando a los egipcios. 
15 El faraón dio entonces a Moisés su hijo, la orden de tomar a todos los esclavos de la raza judía y sacarlos fuera de la ciudad y fundar otra a gran distancia de la ciudad capital dónde él debía morar con ellos.
16 Moisés informó entonces a los esclavos hebreos que él los había hecho libres en el nombre de su Dios, el Dios de Israel, y salió con ellos de la ciudad y de la tierra de Egipto. 
17 Los llevó a la tierra que habían perdido por su muchos pecados, les dio leyes, y los mandó siempre orar al Creador invisible cuya bondad es infinita. 
18 A la muerte de Príncipe Moisés, los Israelitas observaron sus leyes rigurosamente, y ahí Dios los recompensó por los males a que habían sido expuestos en Egipto. 
19 Su reino se volvió el más poderoso de toda la tierra, sus reyes se hicieron famosos por sus tesoros, y una larga paz reinó entre las personas de Israel. 
CAPÍTULO III
1 La gloria de las riquezas de Israel se propagó a lo largo de toda la tierra, y las naciones vecinas se aburrieron de envidiarlos. 
2 El Más Alto conducía los brazos victoriosos de los hebreos, y los paganos no se atrevían a atacarlos. 
3 Desgraciadamente, el hombre no es siempre verdaderamente fiel a sí mismo, la fidelidad de los Israelitas con su Dios no duró mucho. 
4 Empezaron a olvidarse de todos los favores que Él les había hecho, raramente invocaban su nombre, y buscaron la protección de magos y hechiceros. 
5 Los reyes y los capitanes sustituyeron con sus propias leyes aquéllas que Moisés les había escrito. El templo de Dios y la práctica de su culto se abandonaron. Las personas se entregaron al placer y perdieron su pureza original. 
6 Varios siglos habían pasado desde su salida de Egipto cuando Dios determinó ejercer una vez más su castigo sobre ellos. 
7 Gente extraña empezó a invadir la tierra de Israel, devastando el país, estropeando los pueblos, y llevando a los habitantes al cautiverio. 
8 Y vinieron los paganos del país de los Romanos del otro lado del mar. Dominaron a los hebreos y establecieron con ellos líderes militares que por comisión de César gobernaron sobre ellos. 
9 Destruyeron los templos, obligaron a los habitantes a que dejaran de rendir culto al Dios invisible, y los compelieron sacrificar víctimas a las deidades paganas. 
10 Hicieron guerreros de aquellos que habían sido nobles, las mujeres rompieron con sus maridos, y las clases bajas, reducidas a la esclavitud, fueron enviadas por miles más allá de los mares. 
11 Los niños, fueron pasados por la espada. Pronto en toda la tierra de Israel solo se oyeron gemidos y lamentos. 
12 En este dolor extremo, las personas recordaron a su gran Dios. Le imploraron su gracia y le rogaron los perdonara; y nuestro Padre, en su misericordia inagotable, oyó sus oraciones. 

 

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